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La Práctica de Tonglen


"Absorbiendo la oscuridad la transformamos en luz, compasión y amor. La nuestra y la del otro, sin discriminación y con absoluta ecuanimidad y tolerancia(de nosotros mismos y los demás)."



Como sabeis, por motivos laborales, hoy no podré asistir a clase y se ocupará de todas las sesiones Jamyang Pu (Juan Carlos Pazos Carrillo); revisando la página web de Dhargya Lobsang me ha recordado un artículo que compartí hace un tiempo de Pema Chödrón, un resumen que me permito adjuntar en esta entrada de hoy.


Dhargya Lobsang nos acompañará a partir de mañana en la escuela y el sábado podremos participar en un Taller de Yoga Tibetano y Tsa Lung. Por si quereis saber más de este maestro, podeis consultar http://www.buddhawalk.org/


Podeis realizar una práctica guiada haciendo click en la fotografía adjunta.


Un abrazo, mis yoguis y yoguinis, que disfruteies este Jueves y hasta la semana que viene.




La Práctica de Tonglen (por Pema Chödron)




Para tener compasión por otros, tenemos que poder tener compasión por nosotros mismos.




En particular, ocuparse de otras personas que tienen miedo, están enojadas, celosas, superadas por adicciones de todo tipo, son arrogantes, orgullosas, quejosas, egoístas, significa – usted lo identifica- tener compasión y cuidar de estas personas, no huir del dolor de encontrar estas cosas en nosotros mismos.




De hecho, la propia actitud hacia el dolor puede cambiar. En lugar de defenderse y esconderse de él, se puede abrir el propio corazón y permitirse sentir ese dolor, sentirlo como algo que nos suavizará y purificará y nos hará mucho más amorosos y amables.




La práctica de Tonglen es un método para conectarse con el sufrimiento -el nuestro y el de todo lo que nos rodea- dondequiera que vayamos. Es un método para superar el miedo al sufrimiento y para disolver la dureza de nuestro corazón. Principalmente es un método para despertar la compasión que es inherente a todos nosotros, sin importar cuán cruel o fríos podamos parecer.




Comenzamos la práctica aceptando el sufrimiento de una persona que sabemos que está sufriendo y a quién deseamos ayudar. Por ejemplo, si usted sabe de un niño que está siendo lastimado, usted inspira el deseo de retirar todo el dolor y miedo de ese niño. Luego, mientras espira, usted le envía felicidad, gozo o aquello que alivie su dolor. Este es el centro de la práctica: inspirar el dolor de otros para que puedan estar bien y tener más espacio para relajarse y abrirse, y espirar, enviándoles relajación o aquello que usted sienta que les traería alivio y felicidad. Sin embargo, a menudo no podemos hacer esta práctica porque nos enfrentamos con nuestro propio miedo, nuestra propia resistencia, enojo, o cualesquiera sean nuestro sufrimiento o estancamiento personal en ese momento.




Es ahí que usted puede cambiar el foco y comenzar a efectuar tonglen por aquello que usted está sintiendo y por millones de otros como usted que en ese mismo momento están sintiendo exactamente el mismo estancamiento y miseria. Puede ser que usted sea capaz de identificar claramente su dolor como terror, repulsión, enojo o deseo de venganza. Asi que usted inspira por todos aquellos que están atrapados en esa misma emoción y les envía alivio o aquello que abra espacio para usted y los innumerables otros. Puede ser que usted no identifique lo que esté sintiendo. Pero puede sentirlo – una dureza en el estómago, una oscuridad pesada, o lo que sea. Sólo contáctese con lo que está sintiendo e inspírelo, llévelo adentro – por todos nosotros y envíe alivio a todos nosotros.




La gente frecuentemente dice que esta práctica va en contra de la naturaleza de cómo nos fortalecemos usualmente. En verdad, esta práctica va en contra de las cosas que queremos según nuestro código, de querer que funcionen para nosotros sin importar qué suceda a los otros. Esta práctica disuelve la armadura de la propia protección que tan fuertemente hemos creado alrededor nuestro. En lenguaje Budista uno diría que disuelve la fijación y adhesión al ego.




El Tonglen revierte la lógica usual de evitar el sufrimiento y buscar el placer y en el proceso, nos liberamos de una prisión muy antigua de egoísmo. Comenzamos a sentir amor por nosotros mismos y otros y también comenzamos a ocuparnos de nosotros y otros. Despierta nuestra compasión y también nos introduce a una visión más amplia de la realidad. Nos introduce al espacio ilimitado que los Budistas llaman Shunyata. Al hacer la práctica nos comenzamos a conectar con la dimensión abierta de nuestro ser. Al principio experimentamos ésto como que las cosas no son tan importantes o tan sólidas como antes lo parecían ser.




La práctica de Tonglen puede ser efectuada para aquellos que están enfermos, para quienes están muriendo, o acaban de morir, o para aquellos que tienen un dolor de cualquier tipo. Puede realizarse como una práctica de meditación formal o súbitamente en cualquier momento. Por ejemplo, si usted está caminando y ve a alguien que sufre – inmediatamente usted puede comenzar a inspirar el dolor del otro y enviarle algún alivio. O, más probable, usted podría ver a alguien que sufre y mirar hacia otro lado porque éso actualiza su propio miedo o enojo; actualiza su resistencia y confusión.




Así es que inmediatamente usted puede efectuar tonglen para toda la gente que son como usted, para todos los que desean ser compasivos pero en cambio tienen miedo, para todos los que desean ser valientes pero en cambio son cobardes.




En lugar de castigarse a usted mismo, use su propio estancamiento como un peldaño para comprender aquello que la gente rechaza en todo el mundo.




Inspire por todos nosotros y espire por todos nosotros.




Use lo que parece veneno como medicina. Use su propio sufrimiento personal como camino de compasión hacia todos los seres.




Traducción del inglés: Mabel Sara Benedini




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THE PRACTICE OF TONGLEN




In order to have compassion for others, we have to have compassion for ourselves.




In particular, to care about other people who are fearful, angry, jealous, overpowered by addictions of all kinds, arrogant, proud, miserly, selfish, mean —you name it— to have compassion and to care for these people, means not to run from the pain of finding these things in ourselves. In fact, one’s whole attitude toward pain can change. Instead of fending it off and hiding from it, one could open one’s heart and allow oneself to feel that pain, feel it as something that will soften and purify us and make us far more loving and kind.




The tonglen practice is a method for connecting with suffering —ours and that which is all around us— everywhere we go. It is a method for overcoming fear of suffering and for dissolving the tightness of our heart. Primarily it is a method for awakening the compassion that is inherent in all of us, no matter how cruel or cold we might seem


to be.




We begin the practice by taking on the suffering of a person we know to be hurting and who we wish to help. For instance, if you know of a child who is being hurt, you breathe in the wish to take away all the pain and fear of that child. Then, as you breathe out, you send the child happiness, joy or whatever would relieve their pain. This is the core of the practice: breathing in other’s pain so they can be well and have more space to relax and open, and breathing out, sending them relaxation or whatever you feel would bring them relief and happiness. However, we often cannot do this practice because we come face to face with our own fear, our own resistance, anger, or whatever our personal pain, our personal stuckness happens to be at that moment.




At that point you can change the focus and begin to do tonglen for what you are feeling and for millions of others just like you who at that very moment of time are feeling exactly the same stuckness and misery. Maybe you are able to name your pain. You recognize it clearly as terror or revulsion or anger or wanting to get revenge. So you breathe in for all the people who are caught with that same emotion and you send out relief or whatever opens up the space for yourself and all those countless others. Maybe you can’t name what you’re feeling. But you can feel it —a tightness in the stomach, a heavy darkness or whatever. Just contact what you are feeling and breathe in, take it in —for all of us and send out relief to all of us.




People often say that this practice goes against the grain of how we usually hold ourselves together. Truthfully, this practice does go against the grain of wanting things on our own terms, of wanting it to work out for ourselves no matter what happens to the others. The practice dissolves the armor of self-protection we’ve tried so hard to create around ourselves. In Buddhist language one would say that it dissolves the fixation and clinging of ego.




Tonglen reverses the usual logic of avoiding suffering and seeking pleasure and, in the process, we become liberated from a very ancient prison of selfishness. We begin to feel love both for ourselves and others and also we being to take care of ourselves and others. It awakens our compassion and it also introduces us to a far larger view of reality. It introduces us to the unlimited spaciousness that Buddhists call shunyata. By doing the practice, we begin to connect with the open dimension of our being. At first we experience this as things not being such a big deal or so solid as they seemed before.




Tonglen can be done for those who are ill, those who are dying or have just died, or for those that are in pain of any kind. It can be done either as a formal meditation practice or right on the spot at any time. For example, if you are out walking and you see someone in pain —right on the spot you can begin to breathe in their pain and send some out some relief. Or, more likely, you might see someone in pain and look away because it brings up your fear or anger; it brings up your resistance and confusion.




So on the spot you can do tonglen for all the people who are just like you, for everyone who wishes to be compassionate but instead is afraid, for everyone who wishes to be brave but instead is a coward.




Rather than beating yourself up, use your own stuckness as a stepping stone to understanding what people are up against all over the world.




Breathe in for all of us and breathe out for all of us.




Use what seems like poison as medicine. Use your personal suffering as the path to compassion for all beings.




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